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Cómo desarrollar el hábito de invertir En Ti

  • Foto del escritor: Giovanni Mendoza
    Giovanni Mendoza
  • 31 ene
  • 4 Min. de lectura

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Todos escuchamos el dicho: "La mejor inversión que puedes hacer es en ti mismo". Pero cuando se trata de convertir esa idea en acción, es más fácil decirlo que hacerlo. La vida se vuelve ajetreada, las distracciones se acumulan y puede ser difícil priorizar tu crecimiento personal sobre las demandas del día a día. Sin embargo, desarrollar el hábito de invertir en ti mismo es uno de los compromisos más gratificantes que puedes hacer, con beneficios a largo plazo que se extienden mucho más allá de las finanzas.

Entonces, ¿cómo se construye ese hábito? Esta es mi opinión sobre cómo comenzar y mantener una rutina de inversión en ti mismo, utilizando pasos simples y prácticos que pueden marcar una gran diferencia con el tiempo.


1. Empieza con tu "por qué"


Antes de sumergirte en el "cómo", pregúntate por qué quieres invertir en ti mismo. ¿Tu objetivo es hacer crecer tu carrera? ¿Aprender nuevas habilidades? ¿Mejorar tu salud? ¿Fortalecer tus relaciones? Tu por qué sirve como el ancla que te mantiene motivado cuando otras prioridades compiten por tu atención.


Cuando tienes claro tu propósito, es más fácil crear una hoja de ruta para tu viaje. Por ejemplo, si tu objetivo es mejorar las perspectivas profesionales, el "por qué" podría ser obtener ese ascenso o cambiar a un puesto más satisfactorio. Si se trata de salud, el "por qué" podría ser sentirse con más energía o vivir más tiempo. Cualquiera que sea tu razón, escríbela y revísala regularmente.


2. Divídelo en acciones manejables


Invertir en ti mismo no siempre requiere grandes gestos. Son las acciones pequeñas y consistentes las que se combinan para obtener resultados masivos a largo plazo. Piensa en ello como construir una cartera: al igual que invertirías pequeñas cantidades regularmente para aumentar la riqueza, inviertes pequeñas acciones para crecer tú mismo.

Por ejemplo:


  • Aprendizaje: Si quieres leer más, reserva de 10 a 15 minutos al día en lugar de esperar leer un libro completo de una sola vez. Puedes ir subiendo.

  • Aptitud: Comience incorporando una caminata de 10 minutos a su día, luego aumente gradualmente el tiempo o la intensidad.

  • Habilidades: Si tu objetivo es aprender una nueva habilidad, comienza con un pequeño curso o tutorial y desarrolla tu experiencia a medida que avanzas.


Al dividir las cosas en pedazos del tamaño de un bocado, es más probable que te mantengas constante y evites sentirte abrumado.


3. Haz que no sea negociable


Una de las formas más poderosas de crear un hábito duradero es hacer que tu inversión personal no sea negociable. Trátalo como una parte esencial de tu rutina, como cepillarte los dientes o comer comidas. Bloquea tiempo en tu calendario para actividades que fomenten tu crecimiento personal y cúmplelo.

Es fácil dejar que las distracciones (o incluso la procrastinación) relegen la autoinversión a un segundo plano. Pero si comienzas a tratarlo como una reunión o cita importante a la que no puedes faltar, se arraiga en tu día.


Por ejemplo, si decides que dedicarás 30 minutos al día a aprender algo nuevo, no dejes que ninguna otra tarea tenga prioridad durante ese tiempo. La consistencia es clave aquí.


4. Usa el poder de la responsabilidad


La rendición de cuentas puede cambiar las reglas del juego a la hora de desarrollar un hábito. Comparte tus metas con un amigo, un mentor o incluso con un grupo de personas de ideas afines que también estén invirtiendo en su propio crecimiento. Tener a alguien con quien comunicarte te ayuda a mantenerte en el camino y te brinda motivación cuando tu determinación se debilita.


Por ejemplo, si estás comprometido a ponerte en forma, busca un compañero de entrenamiento que pueda animarte a presentarte. Si estás aprendiendo una nueva habilidad, únete a una clase o a una comunidad en línea donde otros estén progresando junto contigo.

A veces, saber que alguien más te está apoyando puede marcar la diferencia para seguir adelante.


5. Enfócate en el progreso, no en la perfección


El perfeccionismo puede ser un obstáculo importante. Si esperas ser impecable en tu crecimiento, es probable que te desanimes. La meta debe ser el progreso, no la perfección.

Recuerda, invertir en ti mismo es un viaje, no un destino. Algunos días puedes quedarte corto, y eso está bien. Lo que importa es tu voluntad de volver a encarrilarte y seguir avanzando. Celebre las pequeñas victorias, ya sea una nueva habilidad aprendida o un nuevo hábito saludable establecido, porque cada paso adelante cuenta.


6. Hazlo agradable


La mejor manera de crear un hábito duradero es encontrar alegría en el proceso. Si te obligas a hacer algo que se siente como una tarea, será mucho más difícil de sostener.

Si tu enfoque es el aprendizaje, elige temas que realmente te interesen en lugar de cosas que se sientan como "tareas". Si tu objetivo es estar en forma, elige actividades que realmente disfrutes, ya sea senderismo, baile o natación, para que estés ansioso por hacerlas.

Al hacer que el desarrollo personal sea divertido, se convierte en algo que quieres hacer, no en algo que sientes que tienes que hacer.


7. Sé paciente contigo mismo


El último y más importante consejo es tener paciencia. Desarrollar el hábito de invertir en ti mismo no sucede de la noche a la mañana. Se necesita tiempo, persistencia y autocompasión.


A veces, es posible que te topes con una pared o sientas que tus esfuerzos no están dando sus frutos. Pero el crecimiento, ya sea personal o financiero, rara vez es lineal. Apégate a ello, sigue ajustando tus estrategias cuando sea necesario y confía en el proceso. Con el tiempo, las pequeñas cosas que estás haciendo se sumarán y la transformación se hará evidente.


Una inversión a largo plazo en ti


Invertir en ti mismo es una de las cosas más gratificantes que puedes hacer. Ya sea que se trate de mejorar sus habilidades, salud, mentalidad o relaciones, los beneficios no son solo materiales, sino que afectan todos los aspectos de su vida.


Recuerda, no se trata de hacer todo a la vez. Se trata de empezar poco a poco, convertirlo en una parte no negociable de tu rutina y encontrar alegría en el viaje. A medida que desarrolles este hábito, no solo mejorarás tu vida, sino que también comenzarás a ver cuánto potencial tienes para crecer, evolucionar y prosperar.


Entonces, ¿cómo empezarás a invertir en ti mismo hoy? El mejor momento para empezar es siempre ahora mismo.

 
 
 

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